El Nombre Sacro Santo de Dios es “JEHOVÁ” - por Carlos Donate
EL NOMBRE SACRO SANTO DE DIOS ES “JEHOVÁ”
יְהֹוָה
Introducción-
En Proverbios 30:4, el sabio Salomón pregunta:
“¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su Hijo, si sabes?” Salomón hablaba de Dios, el Creador. Al final pregunta por los nombres del Padre y del Hijo. No se trata de una pregunta retórica, sin respuesta. Salomón sabía el Nombre del Padre, pero no del Hijo, porque aun no había sido revelado. El primero había sido revelado en Éxodo 3:13-15, “Y dijo Moisés a Dios: He aquí cuando yo llegue a los hijos de Israel, y les diga: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado a vosotros. Y además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste es mi nombre para siempre, éste es mi memorial por todas las generaciones.
¿Estuvo en sus propósitos que el hombre conociese el verdadero Nombre de Dios, el Nombre Jehová? ¡Absolutamente que sí! Era importante que los hijos de Israel supieran el verdadero Nombre personal de Dios para así hallar en él consuelo, y esperanza. Los judíos oraban a Jehová, cantaban Salmos a ese Nombre. ¡Era el Nombre más dulce para ellos! De la misma manera, el Nombre de Jesús le fue revelado a María y a José en Mateo 1:21 y 22 para que todos supieran que en ese Nombre hay poder, y salvación. En ambas ocasiones, los sagrados Nombres llevaban revelaciones adicionales tales como, “Emmanuel”, y “Salvador”.
El Pecado Fue Blasfemar el Nombre de Jehová (El caso del Joven de Levítico 24)
En Levítico 24:11 nos habla de un joven que blasfemó el Nombre de Jehová. La palabra hebrea “naqab” literalmente quiere decir perforar, atravesar, herir, o dañar. Reina y Valera (1569, y 1602 respectivamente) lamentablemente la tradujeron como “dabar” que en Hebreo quiere decir “declarar”, o “pronunciar”.
Reina-Valera 1569, 1602 (en castellano moderno)- “Y el hijo de la mujer Israelita declaró el nombre, y maldijo; y trajéronlo a Moisés...”
Valera 1602 Purificada- “Y el hijo de la mujer Israelita pronunció el Nombre, y maldijo; entonces le llevaron a Moisés...”
Otros1 lo traducen correctamente como blasfemar.
RVG 2010- “Y el hijo de la mujer israelita blasfemó el nombre de Jehová, y maldijo; entonces le llevaron a Moisés...”
KJV- “And the Israelitish woman's son blasphemed the name of the LORD, and cursed. And they brought him unto Moses…”
El resultado fue la muerte por lapidación. Ahora es importante entender por qué Dios lo mandó a matar: no fue por “pronunciar” el Nombre, sino por blasfemarlo (verso 16). No es pecado pronunciarlo, nunca lo ha sido. ¡Pero blasfemar el Nombre sí lleva graves consecuencias!
¿Cuándo aparece el Nombre Jehová por primera vez en la Biblia?
La respuesta tiene doble explicación. Primero, Su Nombre aparece textualmente hablando, desde Génesis 2:4 en donde aparece el Tetragramatón por primera vez, lo que indica que el autor humano del libro de Génesis, es decir, Moisés, tenía conocimiento del mismo, y por eso lo incluye en tan temprano lugar. Digo temprano, porque no es hasta Éxodo 3 que Dios le manifiesta Su Nombre Jehová a Moisés. Quiérese decir que primero Dios se manifestó a Abram como “El Shadday”, o el Todopoderoso, a pesar que el Tetragramatón aparece desde Génesis. Moisés tuvo necesidad de un Dios todopoderoso.
Poco después que los hombres empezaron a corromperse, leemos en Génesis 4:26 que “los hombres comenzaron a llamar o invocar el Nombre de Jehová”. Según ciertos comentaristas2, los judíos leían este pasaje de otra manera. Ellos leían que “los hombres comenzaron a llamarse de otro nombre que el de Jehová”. Lo que aquí realmente quiere decir es que los descendientes de Abel y Caín suplantaron el Nombre de Jehová por nombres de otras deidades, o ídolos. Hubo profanación del Nombre Jehová desde muy temprano. El Tárgum de Onkelos explica que, “los hombres comenzaron a dejar de orar en el Nombre de Jehová.” Nuestro enemigo Satanás fue quien puso en el corazón de los impíos de abandonar el sacro-santo Nombre de Jehová desde muy temprano.
En Éxodo 6: 1-3, leemos: “Entonces Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los ha de dejar ir; y con mano fuerte los ha de echar de su tierra. Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ; y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob por el nombre de Dios Omnipotente, pues por mi nombre JEHOVÁ yo no era conocido de ellos.” Claramente entendemos que Dios quiso identificarse personalmente con sus hijos con Su Nombre Jehová. Por tanto, el Nombre de Dios, Jehová, quiere decir “el Eterno”, “el que siempre ha sido” reveló a todos que él era el mismo Dios de ahora y de siempre. “Jehová” revela continuidad.
La Importancia del Nombre en la Biblia desde 1ª de Reyes hasta Malaquías
(No por su título de Señor)
El Templo fue edificado por y para invocación de Su Nombre- 2ª Samuel 7:13;1ª Reyes 5:5; 8:16-18, 44, 48; 1ª Crónicas 22:10; 2ª Crónicas 6:10, 38
Su Nombre estará en el Templo y en Jerusalén por siempre- 1ª Reyes 8:29;9:3; 11:36; 14:21; 2ª Crónicas 33:7
En Su Nombre se pediría perdón en el Templo- 1ª Reyes 8:33, 35
Los extranjeros venían de lejos para adorar Su Nombre- 1ª Reyes 8:41
Su Nombre sería conocido mundialmente- 1ª Reyes 8:43; Malaquías 1:14
La Reina de Seba vino a conocer el Templo por causa del Nombre- 1ª Reyes 10:1
Su Nombre era invocado por el Sacerdote delante del Arca- 1ª Crónicas 13:6
Cuando trajeron el Arca a Jerusalén, todos invocaron Su Nombre- 1ª Crónicas 16:8
Los judíos se gloriaron en Su Nombre- 1ª Crónicas 16:10, 29; Salmo 29:2; 66:2; Salmo 72:19; 96:2,8; 100:4; 105:3;
Los sacerdotes bendecirían en Su Nombre- 1ª Crónicas 23:13
El pueblo judío era conocido por invocar Su Nombre- 2ª Crónicas 7:14; Salmo 91:14
Se debía invocar Su Nombre- Salmo 105:1; 145:21
En Su Nombre los judíos iban a la guerra- 2ª Crónicas 14:11
Se salmeaba en Su Nombre- Salmos 7:17; 34:3; 68:4 (noten: “Jehová es su nombre”) Salmo 135:3
El judío confiaba en Su santo Nombre- Salmo 33:21
Su Nombre sería recordado perpetuamente, es decir, Dios se aseguró de que sería preservado- Salmo 72:17
En Israel es grande Su Nombre- Salmo 76:1
Salmo 99:6 revela que tanto Moisés como Aarón y Samuel invocaban Su Nombre.
Su Nombre era anunciado en Sión- Salmo 102:21; Isaías 18:7
David bendecía con todo su ser el Nombre de Jehová- Salmo 103:1
Dios salvaba en Su Nombre- Salmo 106:8
Santo y temible es Su Nombre- Salmo 111:9
Solo Su Nombre es sublime- Salmo 148:13
Los judíos danzaban a Su Nombre- Salmo 149:3
Su Nombre es engrandecido- Isaías 12:4
Su Nombre es perpetuo- Isaías 63:12
Durante el Milenio se conocerá Su Nombre- Isaías 44:5; 47:4; 48:2; Jeremías 3:17; 23:6 “Jehová Justicia Nuestra”
En el Milenio andarán en Su Nombre- Zacarías 10:12
En el Milenio Su Nombre será uno solamente (esto quiere decir que Jehová y Jesús es la misma persona)- Zacarías 14:9
El Marido de Israel, su Hacedor, se llama Jehová- Isaías 54:5
Los judíos serían reunidos en Israel en Su Nombre- Isaías 60:9
Juicio para las naciones que no invocaron Su Nombre- Jeremías 10:25
Habrán, hay y hubo falsos profetas que invocaron en Su Nombre (por ejemplo, la secta de los Testigos de Jehová)- Jeremías 14:14; Zacarías 5:4; 13:3; Malaquías 1:6
El profeta no podía dejar de profetizar en Su Nombre- Jeremías 20:9
El Creador tiene Nombre, es Jehová- Jeremías 33:2; 51:19; Amós 4:13; 5:8; 9:6
El Fuerte de Israel se llama Jehová- Jeremías 50:34
Dios destruye al que profana Su Nombre- Ezequiel 43:8; Amós 2:7
Bendición para los que se humillan ante Su Nombre- Malaquías 2:5
Memorial eterno para los que pensaron en Su Nombre- Malaquías 3:16
Jesucristo, el Sol de Justicia, nacerá en quienes temen el Nombre de Jehová- Malaquías 4:2
Su pronunciación y la forma en que se escribe tal y como lo leemos está correcta.
El pronunciamiento y escritura del sacro santo Nombre de Jehová no vino por una falta de conocimiento. Como he demostrado, los judíos hicieron uso extenso del mismo. Como creyente de la preservación providencial de las Escrituras, rechazo la noción de que la pronunciación de Su Nombre estaba prohibida, o desconocida3. Al contrario, se usaba frecuentemente, pero no de manera que ofendiese a Dios, ya que como dije anteriormente, aquél joven de Levítico 24 lo blasfemó y fue castigado, según la Ley de Moisés y el 3º Mandamiento. Otros aluden a la idea4 que los Masoretas de los Siglos VI al X agregaron los puntos de pronunciación en al edad media para que se leyera “Adonay” en vez de Jehová. Esto es debatible y especulativo. Finalmente hay quienes enseñan que la correcta forma de pronunciar le Nombre se perdió durante la Cautividad Babilónica, y estuvo “desconocida” por muchos años, pero según algunos críticos fue redescubierta como “Yahweh”. Los proponentes de la teoría de la reconstrucción del Nombre cometen un grave error al impugnar a Dios, quien prometió preservar Su palabra para toda generación (Salmos 12:6,7) incluyendo las jotas y las tildes (Mateo 5:18), las cuales creo ser inspiradas también. Entonces, ¿qué hicieron los Masoretas? Los Masoretas del Siglo XVI simplemente restauraron la correcta manera de la pronunciación de Jehová. ¿Por qué restaurarla? ¡Porque hubo quienes la quisieron hacer desaparecer! Según el Dr. James Sightler5, en 1527 hubo un judío cabalista y panteísta llamado Elías Levita quien negó la antigüedad de los puntos vocales que su antecesor, Jacobo Ben-Chayyim (o “Jaím”), mismo que había restaurado al texto hebreo a su lectura tradicional (ketiv-ver abajo). Sin embargo, Elías Levita había vivido 13 años en casa del Cardinal Ejido Viterbo, quien negaba el Nombre de Jehová, y fue influenciado por éste último. Viterbo, y su sucesor, Levita, enseñaron que los puntos habían sido obra de los judíos tiberinos del Siglo VII. Lamentablemente a la Iglesia Católica le agradó esta enseñanza falsa ya que para ese tiempo los protestantes predicaban la doctrina de “Sola Escritura” la cual rechazaba la superioridad textual de la Vulgata Latina. Desde entonces, muchos eruditos de la Iglesia Católica comenzaron a sembrar dudas en cuanto al Nombre Jehová.
El Ketiv, el Qere, y el Qere Perpetuum
La posición de algunos estudiantes del hebreo es que siempre ha sido un idioma totalmente basado en consonantes, es decir, sin vocales. Según ellos, en tiempos antiguos PRE-Masoréticos (Siglos I al V), las palabras aparecían escritas sin ninguna manera de identificar los sonidos de las 5 vocales a-e-i-o-u. Dicen que algunos leían las palabras de otra manera, y en veces esto confundía al que escuchaba la lectura del Torah en el Templo. Es así como los rabinos del Siglo XV establecieron un sistema para ayudar a pronunciar las palabras con signos o puntos, llamadas “madres de lectura”. Agregaron otras ayudas diacríticas. Sin embargo, lo que se leía (y se escuchaba) tradicionalmente se le llamó “ketiv”, y lo que se leía en notas o en el margen como lecturas opcionales, se le llamaba “qere”. En veces el qere y el ketiv eran diferentes, pero siempre era un esclarecimiento o una variación de lo mismo. Sin embargo, hubo una excepción a esta regla en cuanto al Tetragramatón. Cuando éste se leía, algunos Masoretas celosos porque el Nombre no fuese conocido por Gentiles pasaban por desapercibido la pronunciación tradicional y en su lugar decían Adonay en vez de Jehová. Al paso del tiempo quedó plasmado el “Qere Perpetuo” en todo el judaísmo hasta el día de hoy, el cual aparecía sin puntos o marcas en el margen. Decir Adonay en lugar de Jehová se convirtió tradición, siendo el producto de la repetición de lo mismo entre ellos, y es parte de la razón por el cual muchos ahora abogan por decir y pronunciar el Nombre de otra manera distinta a la tradicional. Esta historia sin embargo, que acabo de relatar, ha tenido distintas variaciones. Dicen incluso que los mismos Masoretas “inventaron” Jehová para ocultar el verdadero Nombre. Yo rechazo tal idea. Nos preguntamos entonces, ¿niega el Qere Perpetuo la preservación providencial de las Escrituras? Si sustituimos el Nombre tradicional con otras modificaciones, en donde no existe absolutamente ninguna evidencia o documentación, entonces la respuesta es un rotundo “sí”. Al respecto, también Casiodoro de Reina (ver abajo) rechazó toda esta noción, refiriéndose a la superstición o supuesta enmienda, diciendo que “fue encaminada por el diablo”. ¿Permitiremos que la crítica textual, la LXX, o el raciocinio de los teólogos modernistas del siglo pasado y el presente dictaminen o afecten nuestra creencia en la preservación providencial de las Escrituras? Yo no.
Nombres Teofóricos
Para fortalecer mi defensa por el uso en nuestras Biblias del Nombre de Jehová, vemos que con los nombres teofóricos se descarta el Qere Perpetuo. Nombres teofóricos6 contenían la correcta pronunciación “e-o-a” en el Tetragramatón, cuyos puntos de pronunciación así lo indica. Para el sonido “he”, se observa un sheva simple (:) bajo el yod; para producir el sonido “o” se observa un holem (·) a la izquierda y arriba del primer heh; y para el último sonido “a” se observa un kametz (T) debajo del vav. ¿Cómo podemos saber si la pronunciación era “HE-OH-VA?” Sin duda al ver estos nombres que contienen el mismo arreglo de vocales Usted se dará cuenta que los judíos les ponían nombres a sus hijos en honor a Jehová. Por ejemplo, el nombre de Jesús, que quiere decir “Jehová salva” (ver Éxodo 23:21), en hebreo se pronuncia “Ye-ho-shua”, pero en español se pierde la segunda sílaba “ho”, abreviándose a “Jeshua” o “Jesús”. Por esta razón, el Nombre sí aparece inculcado otras 900 veces más en el Nuevo Testamento por medio del nombre de Jesús, dando honor a Éxodo 3:15, donde dice que Su Nombre permanecería para siempre y Juan 8:58, donde Cristo declara “... antes que Abraham fuese, Yo soy.” ¡Cristo se identificó como Jehová, puesto que Jehová y Jesús son la misma Persona! Juan 5:18.
Otros Supuestos Nombres Tomados del Paganismo
Críticos7 de la forma de pronunciar el Tetragramatón como “Jehová” han querido enseñar que la forma del Nombre es “Yahweh”, o Yahvé. Se basan en el raciocinio humano, y el rechazo de la doctrina de la inspiración y preservación de Su Palabra. Hablan de una supuesta incomprensión del sistema de vocales judío. Sin embargo, grandes eminencias del fundamentalismo bíblico se han pronunciado a favor de Jehová. Entre ellos podemos apreciar la famosa Sociedad Dean Burgon. Vea el artículo en inglés http://www.deanburgonsociety.org/CriticalTexts/yahweh.htm o
http://www.emmanuel-newington.org/seminary/resources/JHVH.pdf del Dr. Tomás Strousse para una clara explicación. Sin embargo, esa modificación no podía ser el verdadero Nombre de Dios, siendo de origen egipcio, según Gesenius8, quien dijo que “Yahweh proviene de los dioses paganos Jovis o Júpiter”. Ningún manuscrito hebreo contiene “Yahweh”. Para el colmo, existen sectas religiosas9 que han adoptado ese nombre falso y han escrito una Biblia totalmente dedicada a “Yahweh”. Vea http://www.yahweh.com/yahch1.html; La Congregación de Yahweh parece cristiana, pero en realidad no lo es. Vea http://www.congyah.co.uk/cy_whatwebelieve.asp y http://www.congregationofyhwhjerusalem.com/doctrines.html como ejemplos.
Baal10
En tiempos antiguos, los enemigos de Israel trataron de hacer olvidar el Nombre de Jehová sustituyéndolo por “Baal”. Jeremías 23:26 y 27 advierte: “¿Hasta cuándo será esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? Que tratan que mi pueblo se olvide de mi nombre con los sueños que cada uno cuenta a su compañero, de la manera que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal.” Baal quiere decir “señor”. Es solamente un título, no un nombre. Dios reveló Su santo Nombre Jehová y no debemos olvidarlo o minimizarlo, el cual prometió ser santificado, a pesar de la rebeldía de las naciones y también Israel. En Ezequiel 36:23 Dios dijo, “Y santificaré mi grande nombre, el cual fue profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando yo sea santificado en vosotros delante de sus ojos”. Lamentablemente, muchos eruditos han caído presa de su propia erudición rechazando la doctrina de la preservación del Nombre, y las madres de lectura, las cuales claramente y tradicionalmente señalaban su correcta y única pronunciación. Ya hemos mencionado la Vulgata Latina, la cual sigue la traducción de los Setenta (LXX), en donde la palabra en griego “kurios” se sustituye por el Tetragramatón hebreo, y por ende, se trae al castellano como Señor. Existen otras Biblias protestantes o Evangélicas, como la Sociedad Lockman, editores de la Biblia de las Américas, entre otras, que rechazan el Nombre de Jehová. Al correr del tiempo, ¿se olvidará el hispano parlante del Nombre, cumpliéndose esta profecía? ¿Juzgará Dios a Su pueblo hispano por haberse olvidado o rechazado Su precioso Nombre?
Apariciones Frecuentes del Nombre
Hay más de 6,000 apariciones del Tetragramatón en el Hebreo, en donde se entiende y se traduce el tal como Jehová. El lector debe fijarse en especial en Malaquías 2:2, 5; 3:16; y 4:2 en donde hay una bendición especial a quienes proclaman el Nombre, al igual que una advertencia a quienes se olvidan del mismo. Otras palabras que contienen el Nombre: Aleluya, que quiere decir “alabar todos a Jehová”. JAH es una forma abreviada de Jehová. Aparece 25 veces: Salmo 104:35; 105:45; 106: 48; 111:1; 112: 1; 113:1, 9: 115:18; 116:19; 117: 2; 135: 1, 21; 146: 1, 10; 147: 10; 148:1, 14; 149:10; 150:1; 150:6; Apocalipsis 19:1, 3, 4 y 6. JAH aparece por sí sola en 11 versos del Antiguo Testamento: Salmo 68:18; 102:18; 115: 17, 18: 118:5; 17, 18 y 19; 122: 4; Isaías 12:2; 38:11.
Reina y Valera: Defensores del Nombre Jehová
Tristemente ha habido intentos por varios grupos en desacreditar el Nombre de Jehová argumentando que en verdad se desconoce, sustituyéndolo con otro nombre o título, o algo parecido. Sin embargo, y para nosotros los hispano parlantes, Dios lo ha preservado tal y como lo tradujeron originalmente. Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera declararon en sus respectivas Biblias que Jehová era la manera auténtica de escribir y pronunciar el Nombre. En España, los judíos sefarditas proclamaban libremente el sacrosanto Nombre de Jehová, según relata Valera. También el gran hebraísta español, Benito Arias Montano, editor de la Biblia Regia, precursora de la Biblia Reina-Valera, creía que la correcta forma de traducir el Tetragramatón era “Jehová”. A continuación, citaré las propias palabras de Reina, tomado directamente de la Biblia del Oso de 1569:
“Avemos retenido el nombre (Jehová) no sin gravísimas causas. Primeramente porque donde quiera que se hallará en nuestra versión, está en el texto Hebreo, y nos pareció que no lo podíamos dejar, ni mudar en otro sin infidelidad y sacrilegio singular contra la Ley de Dios, en la cual se manda que no se le quite, ni se le añada, porque si en las adiciones arriba dichas no nos movió este escrúpulo, hay razón diferente: porque nuestras adiciones no se pueden decir adiciones al texto, sino declaraciones libres, que en tanto tendrán algún valor, en cuanto son conformes al texto. Añadir a la Ley de Dios y a su palabra, se entiende, cuando los mandamientos, o constituciones de Dios, los hombres temerarios añaden sus tradiciones, conque deshacen el mandamiento de Dios, o le añaden mayor dureza por superstición....Aquí en lo que hasta ahora se ha usado acerca de este nombre, es expresamente quitar o añadir, ambas cosas en el hecho de quitar el nombre (Jehová) y poner (Señor, o Dios) en su lugar, que aunque en la substancia de la cosa que significa no haya variación, hay en las circunstancias, en la manera razón de significar, que no importa poco (es decir, que es no es para menos—nota propia). Así mismo, nos pareció que la mutación no se puede hacer sin contravenir al consejo de Dios, y en cierta manera quererlo enmendar, como si él fuese mal hecho todas las veces su Espíritu en la Escritura declaró este nombre, y fuera a ser este otro. Y pues es cierto, que no sin particular y gravísimo consejo Dios lo manifestó al mundo, y quiso que sus siervos lo conociesen e invocasen por él, temeraria cosa es dejarlo; y superstición temeraria dejarlo con pretexto de reverencia. Y para que mejor se vea esto así, no será fuera de propósito mostrar de donde ha venido esta superstición acerca de este sacro nombre....” Reina procede a dar las razones del porqué los judíos no querían escribir o mencionar el nombre de Jehová. Las mismas que años después Cipriano de Valera repitiese en su propia revisión, y la cual resumimos abajo. Prosigue Reina diciendo: “Otra obligación tiene, quien hace profesión de trasladar la divina escritura, y darla en su interés. Ni tampoco acá estamos determinados de tomar cuestión con nadie sobre este negocio: ni constreñir a ninguno a que pronuncie este nombre, si la superstición Judaica le pareciere mejor que la pía libertad de los Profetas y los píos del Viejo Testamento: puede pasarlo cuando leyere, o en lugar de él, pronunciar Señor ( notemos que no dice “traducir o escribir”---nota propia) como hacen los judíos, conque nos confiese, que en trasladarlo (traducirlo) no nos habemos salido de nuestro deber; y al fin si no se peca en escribirlo e imprimirlo en letras Hebreas, tampoco debe ser pecado escribirlo en otras lenguas y letras.” Termina Reina dando el significado del Nombre, el cual es el Ser Eterno. Queda claro entonces, que Reina abogó por su traducción como Jehová, diciendo que si otros quieren traducirlo de otra manera, están en libertad de hacerlo, pero bajo caución supersticiosa de los judíos.
Algunos años después, Cipriano de Valera volvió a repetir las mismas razones que Reina había ofrecido en el año 1569. Valera elaboró al respecto y del porqué Jehová es la manera correcta de pronunciar el Nombre. Primero, por testimonio de los antiguos comerciantes gentiles que tenían algún trato comercial con los judíos oían pronunciar el Nombre como “Jehová”. Reina y Valera citan a lo menos 10 fuentes tanto de las Escrituras, como de otras fuera de ella. La segunda razón es que los judíos tenían obligación de pronunciar el Nombre con la pena de infringir en juramento. Por tanto, no es cierto que hubo opción para que se tradujera de otra manera. De hecho, Valera ignoraba el porqué ellos usaban Adonay en vez de Jehová luego de decirlo tantas y tantas veces entre ellos. Indudablemente fue por superstición como dijo. Alguien preguntó: “¿Porqué los escritores del Nuevo Testamento como Pablo, citando versos del Antiguo Testamento, no dijo Jehová? Incluso, el mismo Jesús, citando Isaías, nunca dijo Jehová. ¿Porqué?” Hay muchas citas en el Nuevo Testamento tomadas del Antiguo en donde no se usa el nombre de Jehová. Es mi creencia que el Espíritu Santo así lo inspiró. Como Autor Divino de las Escrituras, el Espíritu Santo sabe que en el Nuevo Testamento era importante hablar del Padre sin decir Jehová. No fue debido a la existencia de alguna traducción en Griego del Antiguo Testamento, como quieren suponer algunos hermanos. El Nuevo Testamento cumple la profecía de Zacarías 14:9, que dice “Y Jehová será Rey sobre toda la tierra. En aquél día Jehová será uno, y uno su nombre.” Por tanto en el Nuevo Testamento el Nombre que es sobre todo Nombre es el Nombre de Jesús (Fil.2:10). Todo el enfoque del Nuevo Testamento es hacia él, y no hacia el nombre de Jehová, en cumplimiento a la profecía ya mencionada. De hecho, hablar de Jehová en el Templo no hubiera sido de ofensa a los judíos, pero hablar y enseñar en el Nombre de Jesús sí lo era, según Hechos 4:18. Querido lector, ¿amas a Jesús como Rey de reyes y Señor de señores?
SI NO ESTÁ MAL, ¿PORQUÉ CAMBIARLO?
Hay quienes insisten en traducir Jehová por el título SEÑOR. Ellos se basan en el falso argumento de que toda traducción deberá traducir el Tetragramatón con su equivalente a “SEÑOR”, tal y como la traducción oficial del fundamentalismo de habla inglés, la KJV. Para ellos, los de habla inglés, Dios así lo ha preservado. Lo mismo sucede con la Biblia alemana de Lutero, que tradujo el Tetragramatón a “HERR” (Señor). Sin embargo, en otras Biblias (ver abajo) como la francesa, el Tetragramatón fue traducido como “L´ETERNEL” (o El Eterno). Si seguimos la lógica de algunos hermanos que insisten en sustituir Jehová por SEÑOR, entonces los hermanos de habla francesa también deberían cambiar “L´ETERNEL” por “SEIGNEUR” (Señor) en la suya. ¡Claro que eso sería absurdo! Lo considero innecesario. Si Dios les legó y les preservó la traducción “L´ETERNEL” para los hermanos de habla francesa, entonces creo que igualmente Dios nos ha legado y preservado Su santo Nombre Jehová para nosotros los hispanos. Noten algunas otras lenguas que traducen el Nombre de Jehová:
Awabakal - Yehóa Bugotu - Jihova Cantonés - Yehwowah Danés - Jehovah Efik - Jehovah Fijian - Jiova Finnish - Jehova Futuna - Ihova Húngaro - Jehova Igbo - Jehova Italiano - Geova Japonés - Ehoba Maori - Ihowa Motu - Iehova Mwala-Malu - Jihova Narrinyeri - Jehovah Nembe - Jihova Petats - Jihouva Polaco - Jehowa Portugués - Jeová Romaní - Iehova Samoyano - Ieova Sotho - Jehova Swahili - Yehova Swedish - Jehova Tahitian - Iehova Tagalong - Jehova Tongan - Jihova Venda - Yehova Xhosa - uYehova Yoruba - Jehofah Zulu - uJehova
El pueblo de habla hispana ha tenido la dicha de tener en su Biblia tradicional el Nombre Jehová por más de 400 años. Si no fue un error de traducción, ¿entonces porqué cambiarlo ahora?
-Por Carlos Donate
1 KJV, RVG, Pratt 1929, Martín Nieto, Jerusalén, etcétera.
2 Ver Companion Bible, apéndice 21.
3 El Misná confirma que no hubo prohibición para pronunciar el Nombre en tiempos antiguos. De hecho, el Misná recomienda que se diga y use el Nombre Divino como saludo tradicional entre los judíos. Berakhot 9:5.
4 Ver “A Dissertation Concerning the Antiquity of the Hebrew language, Letters, Vowel-Points and Accents”, London, Keith Fletcher, and Merrill, 1797, preface and pps. 5-20, 84, 137, 23, 281.
5 Ver “A Testimony Founded For Ever” 2001, Sightler Publications, Greenville, SC, page 330.
6 La palabra proviene del griego y quiere decir “potador de una deidad”, según wikipedia.com. Ejemplos: Números 13:16 y Mateo 1:21 (Jehoshua=Josué: q.d. Jehová salva); 2ª Sam. 8:16 (Jehoshaphat=Josafat: q.d. Jehová juzgó); 2ª Sam. 8:18 (Jehoiada= Joiada: q.d. conocido de Jehová); 2ª Reyes 1:17 (Jehoram= Joram: q.d. Jehová levantó); 2ª Reyes 10:15 (Jehonadab= Jonadab: q.d. Jehová regaló); 2ª Reyes 10:34 (Jehohu=Jehu: q.d. Jehova es Él); 2ª Reyes 10:35 (Jehohaz=Joacaz: q.d. Jehová tomó); 2ª Reyes 11:2 (Jehosheba=Josaba: q.d. Jehová juró); 2ª Reyes 12:21 (Jehozabad=Jozabad) q.d. Jehová traspasó); 2ª Reyes 12:21b (Jehozachar=Josacar: q.d. Jehová se acordó); 2ª Reyes 14:2 (Jehohaddan=Joadan: q.d. Jehová agradó); 2ª Reyes 19:2 (Yeshuajah=Isaias: Jehova salva); 2ª Reyes 23:35 (Jehoiakim=Joacim: q.d. Jehová levantará); 2ª Reyes 24:6 (Jehoiachin=Joaquín: q.d. Jehová establecerá); 1º Crónicas 6:14 (Jehozadak=Josadac: q.d. Jehová rectificó); 1º Crónicas 8:36 (Jehohadah=Joada: q.d. Jehová adornó); 1º Crónicas 9:10 (Jehohanan=Johanán, o Juan: q.d. Jehová favoreció); 1º Crónicas 27:25 (Jehonathan=Jonatán: q.d. dado a Jehová); Oseas 1:1 (Jehotam=Jotam: q.d. Jehová es perfecto).
7 Proponentes a favor de la pronunciación jehovista del Siglo XVI : Fuller, Gataker, Leusden y otros. (Vea http://www.deanburgonsociety.org/CriticalTexts/witfields.htm) En contra: Drusius, Capellus, Altingius y otros. En el Siglo XIX, Madam Helena Blavatsky, de la teosofía espiritista, rechazó el nombre Jehová. En pleno Siglo XX se ha rechazado por la escolaridad moderna.
8 Gesenius había propuesto que el Nombre era Yah-weh, de origen egipcio, pero luego se retractó, y reiteró su posición jehovista, según Treguelles. Vea “Gesenius´Hebrew and Chaldee Lexicon tot he Old Testament Scriptures”, página 337; Baker Book House, 1979. Reimpreso de la edición original de 1857.
9 Nota: Tampoco podemos negar que hay quienes usurpan el Nombre de Jehová como los russelitas, falsos “testigos”. Aunque defienden el Nombre de Jehová, no podemos aplicar sus enseñanzas a este estudio por razones obvias. Ellos equivocadamente sustituyeron la palabra en griego “kurion” que es Señor, por Jehová. El mismo Dios que preservó Jehová en el Antiguo Testamento preservó Señor en el Nuevo.
10 No quiero insinuar en este párrafo que los que digan “SEÑOR” en vez de Jehová estén invocando a un dios cananeo.